El tratamiento preventivo de infiltración con neuromoduladores se utiliza para relajar de manera eficaz la musculatura, reduciendo su acción sin modificar las facciones y contribuyendo a la prevención de arrugas de expresión. De esta manera, se impide el envejecimiento prematuro y se ralentiza la presencia de arrugas permanentes y marcadas, consiguiendo un rostro con un aspecto natural y descansado.
Las patas de gallo, el entrecejo y la frente son las zonas más propensas a presentar arrugas y líneas de expresión a causa de la contracción de nuestros músculos al gesticular y la pérdida de elasticidad de nuestra piel y su capacidad de recuperar su forma original.
La aguja que se emplea para este tratamiento es muy fina, por lo que el dolor es prácticamente inexistente. Los resultados comienzan a apreciarse en torno a los 15 días de la infiltración.
El efecto del tratamiento preventivo de arrugas tiene una duración de 4 a 6 meses. No obstante, hay pacientes que por causas genéticas y personales pueden presentar una menor duración del tratamiento.